El bótox coreano lo último en tendencia

Cortesía de Elle

Desde su aparición en  el 2004 y los expertos reconocen que su demanda supera a la del ácido hialurónico.

Según la American Society for Plastic Surgery, el bótox mueve miles de millones de euros en todo el mundo. Y es que el efecto de esta toxina sobre la piel sólo es comparable a un lifting quirúrgico.

Se aplica mediante micro-inyecciones que reducen la fuerza muscular con el objetivo de tratar y prevenir arrugas de expresión (aunque también bruxismo, sudoración excesiva o estrabismo), así lo reseño Telva.

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Cada sesión suele costar entre 180 y 500 euros (según centro y zona a tratar) y, a pesar del precio, cada vez empiezan a utilizarlo mujeres más jóvenes: «Actualmente vemos en consulta a mujeres entre  26-27 años obsesionadas por las patas de gallo, el entrecejo, las ojeras.», asegura la dermatóloga Elena de las Heras.

«Lo que sí debe quedar claro si decides recurrir a él es que sea de buena calidad, es decir, debe estar aprobado», aclara la doctora Rosa del Río, de la Clínica Pedro Jaén. O, lo que es lo mismo, comprobar que es una toxina de alguna de las tres marcas que la comercializan en Europa desde hace décadas: Vistabel/Botox, Bocouture y Azzalure.

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Sin embargo, esto está a punto de cambiar. Así nos lo confirma la doctora Josefina Royo, directora médica del Instituto Médico Láser, que nos adelanta el desembarco en España de una nueva marca de bótox de origen coreano que se presupone será un 30% más barato.

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Este marca de coreana tiene la aprobación de la FDA americana (Administración de Alimentos y Medicamentos)  y está en proceso en la Unión Europea, que se prevé obtenga los permisos  en el último trimestre de este año 2019.

Aunque lleve el apellido coreano, la seguridad está garantizada. El hecho de haber sido aprobado por la FDA implica haber pasado unos rígidos controles de seguridad y eficacia.