¡Entérate! Este es tu tipo de piel y así debes cuidarla

Lucir un rostro perfecto pasa por conocer qué tipo de piel se posee, algo vital tomando en cuenta que solo así se sabe qué es lo que la misma necesita para su conservación o, lo que es lo mismo, cuáles son sus puntos débiles y, por consecuencia, cuáles cuidados son requeridos y qué productos se adaptan más para tratarla.

En ese sentido, ¿qué es lo primero que se debe saber entonces? Pues lo básico: si tu tipo de piel es seca, grasa, normal o sensible. Cuando ya conozcas este detalle, solo basta seguir los siguientes consejos:

Piel seca: La piel seca es la más propensa a las arrugas y manchas. Se caracteriza por ser tirante, rugosa y apagada. El tratamiento para este caso debe ser altamente hidratante y nutritivo. ¿Qué usar entonces? Leche limpiadora, tónico y una crema hidratante. También se puede recurrir a cremas que contengan glicerina, vaselina y aceite mineral, además del factor de protección solar.

Asimismo, se pueden utilizar tratamientos antioxidantes para combatir los radicales libres, limpiadores emolientes y bálsamos… Ah, y también se debe realizar una dieta equilibrada y beber dos litros de agua al día.

Piel grasosa: Las pieles grasosas tienen tendencia a sufrir de acné y otras imperfecciones, y presentan una excesiva producción de sebo. Las causas se deben a factores genéticos, estrés, cambios hormonales, mala alimentación e, incluso, el clima. ¿Cómo se cuida entonces? Con limpieza facial diaria y exfoliación.

Si hablamos de tratamientos, se tienen que seleccionar productos libres de alcohol y evitar el aceite mineral y vaselina, pues pueden obstruir los poros. No se debe olvidar tampoco la crema humectante y el protector solar antes de salir de casa.

Piel mixta: La piel mixta es una combinación del tipo de piel normal-seca y grasa. Este tipo de piel tiende a desarrollar impurezas en la zona T (frente, nariz y barbilla) y presenta un aspecto brillante. La zona de las mejillas suele ser entre normal y seca. Los cuidados acá pasan por tratar la sequedad de la línea seca y al mismo tiempo controlar la grasa de la zona que la posee.

¿Cómo? Lavándose la cara con agua tibia, evitar el agua muy caliente o muy fría. Usar crema hidratante diariamente. Una vez a la semana aplicarse un exfoliante y mascarilla en la zona T (frente, nariz y barbilla).

Piel normal: La piel normal es la más fácil de tratar, pero eso no significa que debemos descuidarnos. Para conservarla es necesario utilizar productos que la hidraten y protejan. ¿Cuáles? Elementos con protección solar, retinol y antioxidantes.

No se debe olvidar que la limpieza facial es esencial, así como las cremas que ayudan a restaurar la humedad del cutis.

Piel sensible: Este tipo de piel se debe tratar con sumo cuidado pues es muy frágil y muestra muchos síntomas, desde picores hasta irritación, pasando por rojeces. Existen varios tipos de piel sensibles, pero a casi todos le sirven los cosméticos hipoalérgicos y libres de sustancias químicas e irritantes.

Hay líneas completísimas para pieles sensibles en las que el agua termal, la rosa mosqueta o la caléndula son excelentes aliados, al igual que una vida libre de estrés, alcohol, ambientes con mucho calor o el picante, ya que son elementos que propician la dilatación de los vasos sanguíneos.