La muerte cardiorrespiratoria no tiene discusión, la muerte encefálica o cerebral en el pasado era irrelevante porque cuando moría el cerebro también moría el resto del cuerpo.

Pero en la actualidad puede existir confusión, “debido a que existen métodos artificiales (respiradores y fármacos) que pueden mantener la respiración y el corazón funcionado a pesar de que haya cesado toda la actividad cerebral”, dice el especialista.

Esta forma progresiva se presenta en personas con lesiones cerebrales como traumas, hemorragias, trombosis o infecciones que aumentan la presión dentro del cráneo.

Al realizar un electroencefalograma se evidencia la ausencia de actividad eléctrica cerebral. Las radiografías (angiografías, tomografías por emisión de positrones) demuestran que no hay flujo sanguíneo en el cerebro.