Todo bebé debe contar con una rutina de aseo acorde a su edad, pues su higiene personal contribuye a que se relaje, a que se sienta fresco y, sobre todo, mantiene su buena salud. Por supuesto, hacerlo lo mejor posible queda de parte de los padres, quienes se pueden apoyar en los siguientes consejos compartidos por la presidenta de Rismed Oncology Systems, Isabel Rangel Barón.

Para recién nacidos…

  • ¡Esponjas y jabones exclusivos!: Un bebé recién nacido no debe sumergirse en agua hasta 48 horas después de la caída del cordón umbilical. Antes que eso ocurra, solo se debe limpiar con una esponja empapada con agua tibia a lo largo de su cuerpo excepto en la zona del cordón. Una vez que se inicien los baños del bebé, debe emplearse jabón de uso exclusivo para recién nacidos y el agua debe estar a una temperatura cercana a los 37°C.
  • ¡El cuidado del cordón umbilical!: El mismo debe limpiarse su base con una gasa limpia empapada de alcohol absoluto o clorhexidina, sin tirar ni forzar su caída. El área debe mantenerse limpia y seca.

Para bebés en desarrollo…

Una vez que inician los baños del bebé, lo más recomendable es que los mismos se realicen como parte de la rutina diaria de higiene, aprovechando la ocasión para estimularlo a través de canciones y conversaciones. También hay un par de cosas más específicas que se pueden y deben hacer:

  • Lavar el cabello con un champú especial para bebés.
  • Al culminar el baño, hidratar la piel con aceites vegetales o cremas hidratantes para bebés, preferiblemente hipoalergénicas, sin parabenos ni perfumes.
  • Evitar colocarle colonia, sobre todo aquellas que contienen alcohol. En caso de usar una, lo mejor será aplicarla en la ropa del bebé y dejarla secar antes de colocársela.
  • Cortar las uñas solo cuando estén largas y hacerlo con una tijera de punta redondeada.

Referente a los cambios de pañal…

Isabel Rangel Barón explica que es necesario realizar esta actividad con frecuencia para evitar que la piel de la zona se irrite por la acción de la orina y las heces. Siempre que sea posible, se recomienda reducir el uso de las toallitas húmedas, lavar la zona con agua templada y jabón, así como aplicar cremas para prevenir la pañalitis.