Que tu hijo tome su medicina puede ser todo un desafío, lo cual es bastante molesto para los padres. Si te cuesta lograrlo te damos varios consejos para que los pongas en práctica.

Tu hijo está en un tratamiento y debe tomarse ese horrible remedio.
A veces logras meterle la cucharita en la boca, pero enseguida viene la mala cara y en consecuencia la desagradable devolución de lo tomado.
Otras veces, él parece cooperar y accede, pero cuando estás a tres milímetros de meter el gotero en su boca, sale corriendo o hace una pataleta.