Hay parejas en el mundo que tienen en el amor a su principal activo (que debería ser lo lógico), lo cual hace que puedan ser capaces de perdurar en el tiempo a pesar de los pesares, que se mantengan comprometidos con el cuidado de la relación. ¿Alcanzar esto es fácil? Pues no, pero se trabaja.

De hecho, esforzarse en mantener las cosas en buen curso es lo que realmente diferencia a las llamadas parejas eternas a las efímeras, y llegar a ese punto pasa por hacer y no hacer ciertas cosas. ¿Cuáles? Veamos:

QUÉ HACER:

  • Comprender desde el corazón, y enfocarse en la pareja y no siempre en uno mismo.
  • Identificar lo que se necesita y comunicarlo. También lo que necesita la pareja.
  • Confiar el uno en el otro.
  • Practicar la intimidad a diario… y no se trata solo de la sexual, sino del juego, el humor y la complicidad.
  • Ser honestos consigo mismos y con la pareja, y expresarle sus sentimientos, pensamientos y deseos sin herirle
  • Alinearse en sus valores sobre lo que esperan de la vida y de la relación: tener una visión y un objetivo común.
  • Tomar conciencia de que se es un ejemplo para otras personas importantes de su vida.

QUÉ NO HACER:

  • Ser críticos con cada cosa que hace la pareja.
  • Juzgar las intenciones de la pareja cuando hace algo que molesta o daña.
  • Lanzar indirectas y no mostrar claridad a la hora de hablar de los sentimientos.
  • Callar para no entrar en conflicto y resignarse.
  • Pelear por objetivos individuales y no conjuntos