Un estudio demuestra los efectos de fumar aún después de dejar el hábito

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Las alteraciones que fumar provoca en las defensas pueden manifestarse a largo plazo (Fuente de imagen referencial: EFE/BARBARA WALTON)

El Sumario – Fumar altera el sistema inmunitario hasta después de haberlo dejado, lo que no sólo aumenta la predisposición a desarrollar enfermedades, sino que agrava cualquier padecimiento cotidiano haciendo que el fumador o exfumador sufra más síntomas y complicaciones.

La investigadora Polly Matzinger, quien describió las labores de control y protección interna del cuerpo humano que realiza el sistema inmunológico, ha tratado de responder a la pregunta de qué factores ambientales externos alteran nuestras defensas.

Para lograr respuesta un equipo internacional de investigadores, afiliados a instituciones de Francia, Suecia y Estados Unidos, analizó el impacto de 136 factores ambientales en el sistema inmune de 1.000 personas voluntarias de entre 20 y 70 años de edad, en buen estado de salud y nacidas a lo largo de cinco décadas distintas.

La conclusión fue clara: de todos los factores ambientales estudiados, el tabaquismo fue el que más influyó en la respuesta inmunitaria.

Afecta la inmunidad «innata o natural», que es la capacidad congénita del cuerpo para destruir cualquier tipo de microorganismo potencialmente dañino, y modifica también la llamada inmunidad «adaptativa» (mediada por los linfocitos) que produce anticuerpos específicos frente a cada amenaza.

‘Memoria’ de fumar

Los científicos descubrieron que mientras la alteración de la inmunidad innata es «transitoria», y se va perdiendo tras de dejar de fumar, los daños en la inmunidad adaptativa persisten y la cantidad de citocinas liberadas en una infección o cualquier otro problema de salud sigue modificada hasta 10 o 15 años después de que una persona haya abandonado el tabaco.

Observaron que hay una correlación entre los años que una persona ha estado fumamdo y la cantidad de cigarrillos fumados con la persistencia del daño en la inmunidad adaptativa.

«Si una persona deja de fumar recupera bien la parte de la inmunidad innata, pero no así de la inmunidad adaptativa. Esto indica que el sistema inmunitario posee memoria de haber fumado de forma persistente, lo que tiene una importante implicación para las personas fumadoras», señala África González-Fernández, catedrática de Inmunología de la Universidad española de Vigo.

Las alteraciones que fumar provoca en las defensas pueden manifestarse a largo plazo en un aumento de riesgo de contraer enfermedades autoinmunes, alergias o cáncer, apuntó en el mismo encuentro informativo otro de los autores, Darragh Duffy, afiliado también al Pasteur.

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Fiorella Tagliafico R.

Con información de EFE Servicios y redes sociales

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