¿Incompatibilidad sexual en la pareja? ¡Aplica estos tres correctivos!

Pasa mucho que una pareja establecida coincide poco tiempo en casa, bien sea por responsabilidades académicas o laborales. Eso, por supuesto, le resta tiempo de calidad para realizar actividades como tener relaciones sexuales debido a que el acto pierde prioridad gracias a que uno de los dos (o los dos) está agotado o prefiere dedicar ese poco tiempo a otros quehaceres.

También ocurre que una pareja es simplemente incompatible sexualmente hablando, ya sea porque uno tenga una disfunción sexual, porque uno tenga más deseo que el otro, por falta de comunicación, o por el momento de tener relaciones (ritmo circadiano de las personas).

¿Qué hacer entonces en esos casos? Si la frecuencia de las relaciones sexuales es de menos de 4 veces al mes, y la calidad de las mismas es deficiente para alguno de los miembros, llegó la hora de aplicar los siguientes tres correctivos:

  • Incentivar el deseo: Uno de los problemas que pueden tener las parejas viene derivado del concepto del deseo. En la sociedad actual existe la creencia de que el deseo tiene que ser intrínseco y nacer desde dentro. Lo cierto es que existe el deseo activo, uno en el que una parte de la pareja puede provocarlo en el otro y en sí mismo. ¡El deseo puede venir de diferentes maneras, hay que normalizarlo!
  • Repartir las tareas: El peso de las tareas del hogar también puede tener un impacto en la libido. Por eso es ideal pactar un reparto de ellas de manera que los dos miembros de la pareja tengan un cierto tiempo de descompresión cuando lleguen del trabajo, facilitando estar tranquilos en el sofá y comenzar el juego sexual.
  • ¡Comunicación!: El diálogo es el mejor fármaco para el sexo, afirman los expertos. Y eso es verdad pues hablar con la pareja, desde la sinceridad, es ideal para entender bien qué le pasa al otro y buscar una solución a una potencial incompatibilidad… Ah, y toda conversación debe ser constructiva, no destructiva. No consiste en buscar un culpable, sino de explicar cómo nos sentimos y a partir de ahí pactar.

Un último consejo pasa por, precisamente, no dejar pasar esta situación esperando a que se solucione por sí sola.