La capsula Informativa: Nada lo detenía, solamente fue amor

Si repasamos la vida de Jesús y los milagros que hizo, desde convertir el agua en vino, sanar enfermos, detener la tempestad y hasta resucitar muertos, podemos estar seguros de que en esa cruz, nada lo detenía, solamente fue amor.

¿Qué cadenas ataban a Jesús?

Se cuenta que un mártir condenado a morir en la hoguera, acababa de elevar una fervorosa oración dando gracias a Dios por el privilegio que le concedía de sellar su fe con su propia vida.

De repente, viendo que el verdugo emocionado prestaba poca atención en sujetarle a la estaca, se inclinó y le dijo: “Amigo mío, sujeta bien la cadena”. El hombre temía la flaqueza de su carne cuando el dolor del fuego se incrementara. Pero, ¿qué cadenas a ataban a Cristo en la cruz? Solamente las de su amor.

Nada lo detenía, solamente su amor lo mantuvo ahí

¿Qué cadenas mantuvieron a Jesús en la cruz? Ninguna, solamente su amor y su infinita misericordia hicieron que sacrificara su vida por nosotros. Siendo Dios, decidió sacrificarse por amor.

Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse. En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano. Cuando apareció en forma de hombre, se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz como morían los criminales. Filipenses 2: 6-8 (NTV)

Quizás en nuestra humanidad nosotros pediríamos lo mismo que aquel mártir, que nos sujeten bien porque nuestra carne podría traicionarnos ante el dolor de una tortura. Sin embargo, Jesús lo hizo voluntariamente y renunció a sus privilegios divinos, se humilló a sí mismo, sufrió una muerte cruel y despiadada por amor.

Todos conocemos la historia de Jesús pero, ¿somos conscientes de lo que significó su sacrificio? ¿Honramos esa muestra de amor tan grande? No había cadenas que lo sujetaran a la cruz, solamente fue su amor por ti y por mí.

Oración del día

Padre amado, no hay palabras para agradecerte por tanto amor y sé que quizás no llego a ser plenamente consciente de todo lo que pasaste en la cruz por amor a mí. Gracias, gracias por tomar mi lugar de forma voluntaria y por amor. Ayúdame a vivir honrando tan grande sacrificio y perdóname por las veces que te he fallado. En el nombre de Jesús, amén.

Aplicación

¿De qué manera honras el sacrificio de Jesús?



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