La capsula Informativa: Rápidos para escuchar – CVCLAVOZ

Una de las cosas más importantes en la comunicación es escuchar. Si no estamos realmente concentrados y escuchando lo que nos están diciendo, no podremos responder ni continuar una conversación con nadie. 

Por eso la Biblia aconseja que seamos rápidos para escuchar y lentos para hablar y enojarnos. Cuando nos enojamos y hablamos sin pensar, podemos decir cosas que permanecen en el recuerdo y es difícil olvidar esas palabras fuertes. 

Es como la leche derramada. Se recoge, pero ya no sirve para tomarla ni nos llega a alimentar. Las palabras que salen de nuestra boca pueden edificar o destruir. Dios nos dio el don de la palabra, que tiene esas propiedades; pero también nos dio un cerebro, para discernir y pensar bien antes de hablar para no herir. 

Mis amados hermanos, quiero que entiendan lo siguiente: todos ustedes deben ser rápidos para escuchar, lentos para hablar y lentos para enojarse.  El enojo humano no produce la rectitud que Dios desea.

Santiago 1:19-20 (NTV)

Si escuchamos atentamente, Dios nos dará mayor entendimiento

Por otra parte, necesitamos ser rápidos para escuchar si queremos aprender. Cuando prestamos atención, escuchamos atentamente, nuestro cerebro puede retener más la información. Dios nos invita a prestar atención y escuchar atentamente para darnos más entendimiento. 

«Presten mucha atención a lo que oyen. Cuanto más atentamente escuchen, tanto más entendimiento les será dado, y se les dará aún más. A los que escuchan mis enseñanzas se les dará más entendimiento, pero a los que no escuchan, se les quitará aun lo poco que entiendan».

Marcos 4:24-25 (NTV)

En general, debes saber que escuchar con atención te da un mejor entendimiento, una apropiación más profunda de lo que puedes aprender. Una persona que escucha aumenta su aprendizaje, fortalece los lazos con las personas en su entorno y mejora la comunicación. 

Para escuchar atentamente, necesitamos enfocarnos en la persona que nos habla. De esa manera podemos involucrarnos con lo que dice y comentar al respecto con asertividad. Y, si queremos escuchar de Dios, cuando oremos, demos el espacio para dejarlo decirnos o indicarnos algo. 

Oración del día

Amado Padre mío, te doy gracias por Tu gran amor. Qué lindo sería poder escucharte vívidamente, pero a la vez, puede que me asuste. Mi bendito Señor, vengo a pedirte que me ayudes a ser una persona que escucha atentamente y puede pensar antes de hablar para no herir. Que mis palabras siempre sean para edificar, para decir algo bueno, agradable y nunca más para criticar, ofender o mentir, por favor.  

Gracias por haberme dado el don de la palabra y por haberme dado discernimiento, para pensar antes de hablar. Ayúdame con eso, te pido en el nombre de Jesús, amén. 

Aplicación

¿En qué momentos has sentido que alguien no te escucha mientras le hablas? ¿Cómo te hace sentir eso?



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