El Mindfulness es considerado como una filosofía de vida que incluye la práctica de la meditación. En las últimas décadas, ha sido aplicado en intervenciones psicológicas.

Sin embargo, se puede entender el Mindfulness como un giro pragmático a la concepción de meditación tradicional, es decir, su ejercicio tiene el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas en unos términos muy concretos sin estar vinculado a una religión.

Para realizar esta práctica es importante elegir el mejor entorno posible, de esta forma será más fácil estimular la concentración que merece.

Sigue los siguientes consejos para practicar esta filosofía de forma correcta:

  1. Un espacio tranquilo: Un entorno con mucha vegetación y naturaleza te ayudará, ya que un lugar así olvidarás aquellos elementos de la vida diaria que te hagan recordar obligaciones y responsabilidades.
  2. Respiración controlada: Su función es doble. Por un lado las respiraciones hondas y pausadas ayudan a oxigenar el cuerpo y a relajarse. Por el otro, permite empezar a focalizar la atención en algo concreto de una manera sostenida.
  3. Ampliar el foco: No juzgues, no valores, solo piensa en experiencias vitales aceptando que forman parte de una realidad.
  4. El foco en el cuerpo: Dirige tu atención a las palpitaciones que sientas en el cuello, o al modo en el que los ojos se mueven dentro de las cuencas sin que esos movimientos sean voluntarios.