Aprende cómo el psicoanálisis te ayudaría a ser mejor madre

A veces, buscar ayuda profesional puede ser la mejor manera para aliviar la presión que conlleva ser madre, mujer, esposa y profesional, en una sociedad cada vez más demandante

Criar hijos es una de las actividades más cotidianas del mundo, y la gran mayoría de las personas llegarán a ser padres algún día, y el hecho de que el futuro de la humanidad dependa de eso puede cargar de estrés a cualquiera.

La psicóloga Isabel Rangel explica que las madres que trabajan tiempo completo tienen muchísimas responsabilidades en sus hombros, lo que hace algo abrumador ser una madre eficiente.

Pero cumplir con las asignaciones del colegio a tiempo y al mismo tiempo con los requerimientos de la oficina es algo minúsculo comparado con la responsabilidad de saber que se está haciendo un buen trabajo en la crianza del futuro. Y pensar en el futuro de cualquier decisión que se tome sobre el niño puede resultar fatal para la felicidad y el sano crecimiento del niño.

Es aquí donde entra en juego el psicoanálisis, que te puede ayudar a entender algunos elementos clave, como, por ejemplo:

  • Identidad. Ser madre impacta en la identidad de cada mujer. Con la ayuda de un especialista puedes redefinir quién eres ahora: mujer, esposa, profesional y madre. Pero, sobre todo, te ayuda a aceptar cada una de esas fases y a que coexistas en paz con cada una de ellas.
  • Sentimientos de soledad y aislamiento. Esto se nota especialmente en los primeros años. Ser madre puede llegar a ser muy solitario pues toda tu energía y amor ahora está dedicada a un bebito. El apoyo de tu pareja es importante, pero tener la posibilidad de expresarlo en voz alta con un especialista puede ser de gran alivio.
  • Relación de pareja. Mantener una relación de pareja con ciertas crisis y criar a un hijo es algo realmente complicado, y nada pone a prueba una relación como la maternidad. La falta de sueño y la exposición a decisiones difíciles los hace vulnerables y los mantiene siempre a la defensiva. Tener un espacio propio para ventilar mis conflictos es de suma importancia y te ayuda a desahogarte y poner las cosas en perspectiva.
  • Atención propia. Al ser madre no tendrás mucho tiempo para ti misma, 20 minutos al día si acaso. Estar atenta al bebé y a los quehaceres del hogar consumen mucho tiempo y energía. Ir a terapia te ayudará a entender que debes valorarte en tu justa medida, ayudante a organizar tus horarios para hacer tiempo para ti misma, hablar de ti y pensar en ti como persona y no como madre.
  • Empatía y esperanza. Estar embarazada y dar a luz te pondrá un poco rebelde, sobre todo hacia las figuras de autoridad que te dirán cómo es la vida en familia después del nacimiento del bebé. Aseguras que harás las cosas diferente a todos ellos. Con una terapia de psicoanálisis entenderás el duro trabajo de tus padres y sus decisiones, hayan sido correctas o no, aceptar tu nueva misión como madre o aceptar que hay cosas que no podrás cambiar.

Isabel Rangel sostiene que es importantísimo mantener mente abierta a recibir ayuda emocional, pues eso no significa debilidad, sino reconocer que no cuentas con todas las herramientas para soportar tanta carga.

Contar con un espacio para destrabar situaciones de presión es sumamente saludable, y si todos lo hicieran, podrían ahorrarse muchos problemas y situaciones.