Un estudio liderado por John Sievenpiper, investigador y experto en nutrición clínica del Hospital St. Michael’s de Toronto (Canadá), señaló que «los hallazgos podrían ayudar a reorientar las recomendaciones sobre fuentes alimenticias de fructosa para la prevención y tratamiento de la diabetes«.

Las frutas y otros alimentos ricos en fructosa no parecen tener un efecto dañino sobre los niveles de glucosa en la sangre; sin embargo, las bebidas azucaradas y algunos otros alimentos que agregan un exceso de energía ‘pobre en nutrientes’ a las dietas pueden tener efectos perjudiciales.

Cuando se realizó el análisis se observó que las frutas y los jugos de frutas no aportan un exceso de calorías pero pueden tener efectos beneficiosos sobre la glucosa en sangre y el control de la insulina, especialmente en personas con diabetes, mientras que los alimentos que añaden un exceso de energía «pobre en nutrientes» a la dieta, especialmente las bebidas azucaradas y los jugos de frutas, parecen tener efectos nocivos.