La capsula Informativa: Este día es la vida

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«Pero el otoño es mi primavera». August Strindberg

Hemos entrado ya en mi estación favorita. Y hoy, dando un paseo con mi amiga María me lo ha recordado. Y me ha parecido muy bonito que se haya acordado de eso. Entonces, se me ha hecho más patente que lo que decimos, siempre tiene impacto en mayor o menor medida en las personas que nos rodean. Por supuesto, me ha provocado una sonrisa y me he sentido afortunada de las amigas que tengo.

El otoño es una estación que invita al recogimiento, a la reflexión y al cambio. Es cuando los árboles se desnudan y se quedan en su esencia, cogiendo fuerza para florecer con gran ímpetu en primavera. En silencio se quedan desprotegidos tomando tonalidades ocres, marrones, amarillos… hasta quedar en sus múltiples ramas. Es una alegoría a la vida. Y a las lecciones que aprendemos.

Como os comentaba, mientras paseaba con ella, hablando de múltiples cosas, salió el tema del tiempo. Al final es como que entre obligación y obligación, apenas queda tiempo para la devoción. Debemos hacer todo lo posible para dejarnos espacios en blanco para respirar, aprovechar y disfrutar de cada momento y de cada instante. Desde una puesta de sol, una conversación en una terraza, un paseo por el parque o una risa de tu hija.

Si realmente fueramos conscientes de que cada momento que pasa no vuelve, que todo lo que vivimos es único e irrepetible no postergaríamos a un mañana incierto. Seríamos más realistas y en lugar de ocupar la agenda de tareas múltiples dejaríamos espacio para contemplar la vida. Porque sí, este día es la vida.

Este día es la vida que se concentra en cada momento: en lo que haces, en lo que piesan, en lo que te ocupas… pero también en lo que dejas pendiente, en lo que postergas, en las cosas que dejas por hacer. Y en este mundo frenético en el que ser productivos es casi algo competitivo y en el que no tener nada que hacer casi nos provoca infelicidad y culpabilidad, sentarse en el sofá a ver una película, pasear sin prisa, tener una conversación con tu abuela o echarte una siesta es un auténtico regalo si lo valoramos.

Parar es necesario. Ser conscientes del aquí y el ahora. Saber que todo lo que nos rodea es efímero. Y que al final, hay que disfrutar y aprovechar cada momento que respiramos. No es un ensayo ni una espera: es lo que tienes ahora, latiendo entre tus manos. Si lo vives con conciencia, cariño y gratitud, aunque sea sencillo, se convierte en infinito. Porque cada mirada, cada abrazo y cadainstante de hoy son, en realidad, la materia de la que está hecha tu vida entera.

Este día es la vida. Nuestra vida. Hoy.

Nos leemos en breve. Sed felices cada día.

Con amor,
I.

P.D. Cuando el día parezca torcido recuerda que:

1.No es cómo es, sino cómo lo enfocas. Eso sí depende de ti.

2.Todo es susceptible de cambio.

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