Mariana Flores Melo nos habla de la Fundación Amy Winehouse

El nombre de la desaparecida cantante británica Amy Winehouse ha sido usado para todo tras su trágica muerte en 2011… ¡Para lo bueno y para lo malo! ¡Para llenarse los bolsillos (algunos) y para usar su historia y experiencia de vida en pro de las personas que padecen lo que ella padeció (otros)!

Sobre esto último nos habla Mariana Flores Melo, activista por los derechos de la mujer, en una reciente publicación en su portal oficial, y allí explica todo lo concerniente a la Fundación Amy Winehouse, una institución radicada en Londres que pretende servir de apoyo a las féminas con adicciones al alcohol y las drogas a través de un centro de rehabilitación y recuperación.

El lugar se llama Amy’s Place y está capacitado para atender de la mejor manera posible a unas 16 mujeres entre los 18 y los 30 años de edad… mujeres que, dicho sea de paso, jamás han contado con suficientes instituciones (públicas o privadas) que las ayuden a superar sus problemas y adicciones.

El legado musical que dejó Amy Winehouse es poderoso, sí, y su partida física resultó en un mazazo para la industria, también, pero han sido sus particulares vivencias las que han permitido transformar un fondo negativo en una alternativa positiva.

Dominic Ruffy, director de la institución, ha sido el encargado de levantar estas banderas en pro de las mujeres que sufren lo que la voz de una generación sufrió, y su trabajo está siendo (poco a poco) reconocido a nivel nacional (en el Reino Unido) y mundial.

¿Por qué? Explica Mariana Flores Melo que es debido a la simple pero poderosa misión de Ruffy y de la Fundación Amy Winehouse: que todas las mujeres con problemas de adicción puedan recibir ayuda, rehabilitarse, reintegrarse a la sociedad, y continuar viviendo una vida normal… algo que, lamentablemente, no pudo hacer la autora de Rehab.