¡IDENTIFÍCALAS! 7 señales inequívocas de que una relación de pareja terminó

El amor, como casi todo en la vida, no dura para siempre. Las relaciones largas son, cuanto menos, raras, y cada vez son más las parejas que se profesan amor durante un corto periodo de tiempo para luego dar el salto a una siguiente aventura. Ahora bien, ¿es ese proceso de romper sencillo? ¡No! Jamás lo ha sido, y nunca lo será por tanto y cuanto, a pesar de todo lo dicho, siempre existirá el miedo de soltar…

Pero, y acá la clave, soltar es a veces la solución para progresar individualmente. El problema, por supuesto, surge cuando uno o los dos miembros de una pareja no saben identificar las señales de que, efectivamente, la cosa ya se terminó y es mejor dar un paso al costado.

En ese sentido, a continuación te enumeramos 7 de esas señales inequívocas que demuestran que una relación de pareja ha llegado a su fin. Veamos:

  • Se ha perdido la confianza mutua: Este es el principal síntoma. Y lo es porque la confianza en el otro aporta una seguridad para crecer, ser y formar equipo. Si eso se rompe, es complicado restablecerlo.
  • No hay signos de complicidad: La pareja es tal cosa debido a que entre ambos existe un nivel de complicidad especial. Si esta ya no se percibe, todo apunta mal pues lo que antes era un baile de dos se convierte de repente en un monólogo individual.
  • Se ha entrado en una dinámica tóxica: Suele hablarse de personas tóxicas, pero muchas veces el problema no es la persona en sí, sino la dinámica tóxica en la que dos personas parecen perderse y de la que a veces ya no saben cómo salir, para dejar de hacerse daño el uno al otro. A veces es una cuestión de agresividad, otras de falta de respeto, pero también pueden ser codependencias o roles que acaban por destruir la pareja.
  • Uno de los dos (o los dos) no quiere cambiar: Todo el mundo evoluciona y cambia de manera inconsciente, pero hay otros cambios que precisan de reconocimiento, trabajo y esfuerzo, y no todo el mundo está dispuesto a eso. Por ello, cuando uno de los dos, o los dos, argumentan que el que tiene que cambiar es el otro (y que uno no es el del problema), entonces ya todo está mal encaminado.
  • Ya no se tienen los mismos planes de vida: Si las perspectivas de futuro que al principio de la relación fueron cónsonas ahora no lo son, pues esa es una señal. No coincidir en los sueños supone un gran peso que no todos están dispuestos a sobrellevar. En estos casos, es mejor ser sinceros y dar un paso al costado.
  • El sexo también es dañino: La sexualidad entre una pareja debería ser una forma de unirse, de sentirse plenos y de conectar, pero en ocasiones acaba por ser uno de los motivos de ruptura. No tanto porque surjan dificultades, que se pueden superar, sino porque se convierte en una forma de utilizar al otro o de hacerle sentir mal. Si eso pasa, el destino está más que sellado.
  • El amor se ha acabado: Por último, los sentimientos. Aunque uno se empeñe en trabajar mucho la relación y en poner de su parte, no siempre se es dueño de los sentimientos propios y mucho menos de los ajenos. Por ello, a veces es tan sencillo como que el amor se ha acabado para darse cuenta que la pareja ha terminado.