Uno de los responsables del androide Pepper, Kaname Hayashi, presentó hoy su nueva apuesta por la robótica emocional, Lovot, un aparato que aspira a convertirse en un nuevo compañero para el ser humano y solucionar el problema de la soledad.
De acuerdo con Hayashi, Lovot no es útil ni trabaja para las personas; sin embargo, supone una presencia “reconfortante”.
A pesar de sus limitadas funciones está equipado con avanzada tecnología: cuenta con sensores en 20 lugares que evitan que choque o caiga, tiene una temperatura similar a la de un ser humano y es sensible al tacto.
De igual manera, puede emitir sonidos a través de cuerdas vocales artificiales y sus ojos que le permiten fijar la mirada, parpadear, y reconocer las emociones del interlocutor.
Pesa tres kilogramos, circula en ruedas a una velocidad de dos o tres km/h, es capaz de hacer un mapa de casa y vuelve a su “nido”, o lugar de carga, cuando se le está agotando la energía
Se prevé que Lovot salga a la venta el próximo 2019.