Costa Rica podrá visualizar sismos en 3D
Costa Rica cuenta con un software que le permitirá visualizar terremotos en tercera dimensión, un innovador sistema diseñado por investigadores de este país y el primero que es capaz de determinar dónde ocurren estos fenómenos y dónde convergen las placas tectónicas, de acuerdo con un comunicado emitido por El Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC) y el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), según reseña el portal de Globovisión.
Franklin Hernández, uno de los creadores del equipo, afirmó que el software brinda “información completa de 112.413 sismos, en tres dimensiones, ocurridos en Costa Rica desde 1984 hasta 2016. Esto significa que por primera vez en la historia, los sismólogos y científicos costarricenses podrán ver, (…) desde cualquier ángulo, la dinámica entre los sismos».
El sistema permite a sus usuarios registrar y agrupar los terremotos de acuerdo con su magnitud, la profundidad, intensidad, tiempo y fecha de suscitación, entre otros datos.
Hernández afirmó que «el epicentro no es el dato exacto, sino que es una proyección que me dice dónde fue el movimiento desde la superficie. Esto ocurre porque a las personas les interesa saber si el temblor fue, por ejemplo, en Puriscal (Centro) o Cóbano (Pacífico Central); sin embargo, el hipocentro nos da el dato exacto con profundidad y para un científico es sumamente importante».
La elaboración del sistema requirió tres años de investigaciones y más de 12 millones de colones (unos 21.000 dólares) en inversión.
Franklin Hernández, especialista en ciencias del diseño; David Segura, ingeniero en computación y Jorge Monge, encargado de visualización del conocimiento, fueron los expertos que lideraron esta iniciativa, mientras que la geógrafa Floribeth Vega, el geofísico Cyril Mulles y el sismólogo Marino Protti, fueron las autoridades de la Ovsicori que colaboraron para su desarrollo.
Costa Rica es uno de los países de la región que más actividad sísmica registra; de hecho, la nación es blanco de decenas de temblores cada año, pese a que son de baja magnitud.