Alejandro Fernández, de charro a piñata

Muchos ídolos de la canción mexicana deberían cuestionarse acerca de lo que hacen en las redes sociales. Hace algún tiempo, era Christian Castro el que encendía a las comunidades virtuales con una incómoda foto donde aparecía parcialmente desnudo luego de un masaje, lo que perjudicó hasta lo indecible su imagen.

Luego el centro de las críticas fue Luis Miguel, a quien se le veía bastante fuera de forma y que, no conforme con su imagen, ratificó su debacle con una serie de incumplimientos a su fanaticada, poniendo una intachable carrera musical al borde del abismo. Ahora, ha seguido sus pasos Alejandro Fernández.

El cantante mexicano parecía el llamado a tomar el trono de la ranchera que dejara vacante su padre, Vicente Fernández, hasta que una imagen de El Potrillo en una fiesta en Las Vegas le diera la vuelta al mundo y arrojara su imagen como cantante y como icono de la virilidad mexicana al fondo del precipicio.

Es así como Alejandro Fernández dejó de ser uno de los cantantes mexicanos más cotizados del momento, a una ridícula piñata de fiesta, artículo concebido para ser apaleado, como lo está, en la actualidad, la imagen de El Potrillo, que ahora tendrá que trabajar duro para recuperar a su público y, más aún, convencerlos de que aún es digno de vestir el traje de charro.